¿Cuál es la huella de carbono de la moda rápida o fast fashion?

The Eco Experts

La moda rápida es responsable del 10% de todas las emisiones globales

El 75% del mercado de la moda del planeta se concentra en Europa, Estados Unidos, Japón y China

En la actualidad se producen 100 mil millones de prendas de vestir, más del doble que en el año 2000


No queremos o podemos pagar por la ropa, pero nos gusta estrenar prendas nuevas. ¿Cuál es la solución más rápida?

Fast fashion o, dicho de otra manera, ropa de usar y tirar en un corto espacio de tiempo. Estas dos palabras del idioma inglés ya están en boca de todos, porque se ha apoderado de la industria de la moda en los últimos años.

Pero, ¿qué es exactamente la moda rápida? Y lo que es más importante, ¿cuál es su impacto en el medio ambiente?

Eco Experts ha analizado el mundo de la moda rápida para determinar cuál es la huella de carbono y cómo su existencia de forma continuada se comvierte en una seria amenaza real para nuestro planeta.

¿Qué es exactamente la ‘moda rápida’ o fast fashion?

Las grandes marcas de moda se vuelven grandes por una simple razón: la gente quiere los últimos estilos, estilos que a menudo son iniciados por actores famosos, artistas musicales o modelos.

El principal problema es que estas grandes marcas de moda tienden a cobrar mucho por su ropa, con grandes diferencias entre lo que pagarías por una chaqueta en, digamos, Primark y lo que pagarías por una de Gucci. Algunas empresas vieron que podían emular los últimos estilos de las grandes marcas de moda y luego venderlos por una fracción del precio, y así comenzó la “moda rápida”.

¿Cuál es el problema? El problema es que las grandes marcas de moda dependen de una rotación rápida de sus artículos caros, con un grupo comparativamente más pequeño de personas adineradas que compran artículos caros con regularidad.

Debido a que la moda rápida siempre busca emular a las grandes marcas de moda, se obtiene una situación similar: se depende también de una rotación rápida, solo que la ganancia por artículo es mucho menor. Así que la moda rápida necesita una audiencia mucho mayor para generar ingresos.

Si una audiencia mucho más grande está comprando constantemente copias de los últimos estilos, hay que producir ropa/zapatos/etc, en cantidades suficientes para satisfacer la demanda.

En otros tiempos había dos temporadas para comprar ropa: primavera/verano y otoño/invierno. Ahora, prácticamente tenemos  una cada semana para, literalmente, obligar al usuario a adquirir artículos de manera constante.

¿Qué tiene realmente de malo que se haga más ropa?

La industria de la moda rápida necesita producir una gran cantidad de ropa para seguir siendo rentable, y esto significa utilizar una gran cantidad de recursos.

Por ejemplo, un kilogramo de algodón crudo requiere entre 10 000 y 20 000 litros de agua, lo que equivale a alrededor de 3000 litros de agua para una sola camisa de algodón.

Si ponemos este dato en la perspectiva de una industria global, el dato es escalofriante ya que se venden alrededor de 2 mil millones de camisetas cada año, de las cuales una buena parte son de algodón.

¿Cúanta  agua es necesariapara mantener esta industria en marcha? Sólo hay que hacer una multiplicación.

¿Cuál es la huella de carbono de la moda rápida?

Calcular la huella de carbono de la moda rápida es siempre una fuente de malas noticias.

Imagina la producción de un solo par de vaqueros para comenzar. Desde la recolección del algodón hasta la fabricación, pasando por la entrega final del producto a una tienda, hay varias fuentes de emisiones de carbono a tener en cuenta.

Se necesitan alrededor de 3.700 litros de agua para producir un par de jeans, según cifras del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente). Esto significa la emisión de alrededor de 33 kilogramos de dióxido de carbono equivalente (CO2e).

Y esto es solo para un par de jeans: ¡imagina el agua necesaria para todo tu guardarropa!

La Fundación Ellen MacArthur colaboró con el PNUMA para mostrar algunas estadísticas totalmente impactantes:

  • La industria de la moda consume 93.000 millones de m3 de agua cada año, suficiente para satisfacer las necesidades de agua de cinco millones de personas.
  • El 10% de todas las emisiones de carbono en el planeta provienen de la industria de la moda, más que todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados.
  • El 20% de las aguas residuales mundiales proviene del teñido y tratamiento de telas

La tasa de crecimiento de la moda rápida tampoco ve signos de desaceleración, lo que significa que las cifras anteriores seguramente empeorarán. Se prevé que las emisiones de carbono de la moda rápida, por ejemplo, aumenten en un 50% más para 2030.

Los datos del mismo informe revelaron que en el año 2000 se produjeron 50 mil millones de prendas nuevas. Veinte años después, ese número se ha duplicado, una tendencia profundamente preocupante en medio de una crisis climática.

¿Qué países son los peores culpables?

Con casi el 75% del mercado mundial de la moda concentrado en Europa, EE. UU., China y Japón, queda claro de inmediato que la mayor parte del problema recae sobre los hombros de los países más ricos del mundo.

La demanda de ropa nueva en estos países es mucho mayor que en otras partes del mundo, pero como suele ser el caso, son los países más pobres los que más sufren esta demanda. Para mantener la oferta de ropa, y que las empresas de moda rápida vendan a bajo precio, se utiliza mano de obra barata.

Gran parte de esta mano de obra se concentra en las fábricas de ropa más conocidas como talleres clandestinos. Por lo general, los trabajadores de estos talleres clandestinos ganan muy poco (el promedio mundial es de alrededor de $ 200 (USD) por año, incluso en comparación con otros trabajadores en el mismo país.

¿Qué países son los más afectados?

La mayoría de los talleres clandestinos se concentran en Asia y América Central y del Sur. Esto se debe a que las empresas pueden explotar más fácilmente los bajos salarios que se pagan a los trabajadores en estos países y acumular un rendimiento de ganancias mucho mayor.

Los países pobres como Camboya han quedado atrapados en las garras de la moda rápida, con una enorme mano de obra empleada allí para hacer la ropa que damos por sentado. Con más de 700.000 trabajadores (90% de ellos mujeres) que ganan poco más de $183 (USD), unos 173€ al mes, nunca podrán pagar la ropa que fabrican.

No son solo partes de Asia y las Américas las que se ven afectadas por los talleres clandestinos: incluso las grandes marcas brtitánicas han sido acusadas de operar talleres clandestinos en Gran Bretaña.

 ¿Como podemos mejorar?

Hay muchas maneras en las que podemos alejarnos de la moda rápida:  Aquí hay algunas cosas para, al menos, recapacitar sobre nuestra relación con la moda rápida.

  1. Compra de manera consciente. A medida que los daños de la moda rápida se vuelven más evidentes, han comenzado a aparecer numerosas marcas de moda sostenible. Muchas de estas empresas están trabajando o ya están pagando a sus trabajadores mucho más de lo que ganaban anteriormente. También es importante buscar empresas que utilicen materiales orgánicos en sus gamas de ropa.
  2. Aprende a vivir con menos la ropa. Honestamente, ¿realmente necesitamos usar un modelo diferente para cada ocasión? Necesitamos poner mucho menos énfasis en aparecer en algo nuevo cada vez que salimos. Trata la ropa con respeto y usa las prendas de nuevo, tantas veces como se pueda.
  3. Arregla tu ropa. Adquiera el hábito de arreglar la ropa y no tires algo simplemente porque tiene un pequeño desgarro.
  4. No rechaces material defectuoso. Esto es para prendas de vestir que nunca llegaron a la tienda, generalmente por algún defecto totalmente menor o simplemente por exceso de oferta. Los sitios web como eBay o Etsy son particularmente buenos para esto al igual que algunos negocios dedicados a este tipo de prendas.
  5. Conoce qué marcas evitar. Hasta que las empresas de moda rápida hagan esfuerzos tangibles para reducir su impacto, evitarlas es lo mejor que puede hacer para ayudar. Tómate tiempo en conocer qué marcas son las peores infractoras e investiga si mejoran con el tiempo y toman nota de las críticas.

También están surgiendo brillantes iniciativas en algunos de los países más afectados, lo que demuestra que la gran moda puede ser sostenible.

Conclusión

Gran parte del trabajo que debe hacerse obviamente recae sobre los hombros de las marcas culpables, pero los gobiernos tienen una gran responsabilidad. Básicamente, si los gobiernos no están dispuestos a tomar medidas drásticas contra la moda rápida es una batalla perdida. Una batalla , no la guerra.

Hasta que eso suceda, todo lo que realmente podemos hacer es volvernos más conscientes de lo que nuestros hábitos de moda le están haciendo al planeta y a las personas que fabrican nuestra ropa, además de presionar a nuestros gobernantes sobre la necesidad de reforzar una moda sostenible.

Por:
En algunas ocasiones nuestros periodistas, colaboradores y expertos trabajan juntos en proyectos determinados, especialmente en aquellos reportajes que requieren profundizar más en un tema. Así, hemos escrito desde la viabilidad de los paneles en el espacio hasta nombrar las industrias más contaminantes del planeta.
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