La necesidad de una casa pasiva

Las casas pasivas son, en resumen, edificios construidos para tener un consumo muy bajo de energía para calentarlos o enfriarlos.

Hasta un 90% menos de energía que las construcciones estándar y un 75% menos que los edificios de nueva construcción, con regulaciones ya implantadas de bajo consumo. Los principios de la casa pasiva son claros y están estipulados en cada país.

El movimiento, que se inició en la Alemania de los 80, ha resurgido en los últimos años. Y la razón no es otra que el cambio climático: una casa pasiva es más que una casa sostenible, es además eficiente. En España hay unas 170 casas pasivas certificadas, aunque una cifra mínima comparada con otros países europeos.

¿Qué es una casa pasiva?

Una casa pasiva es aquella que requiere un mínimo de energía para tener un nivel de confort en su interior gracias a su construcción bioclimática. Es decir, desde los materiales a la forma en que se construye, ayuda a que no se tenga que utilizar la calefacción o el aire acondicionado.

Los principios de las casas pasivas no especifican qué tipo de materiales, diseño, o el estilo arquitectónico más adecuado sino, más bien, optimizar los recursos que ya existen a través de unos estándares que explicamos a continuación.

Requisitos de una casa pasiva

Para que una casa pueda tener el certificado de pasiva, tiene que cumplir los siguientes estándares internacionales. Aunque, es verdad, que cada país puede añadir ciertos criterios dependiendo de la climatología. En términos generales éstos son los requisitos para poder colgar en la puerta el cartel de casa pasiva:

• La demanda de energía para calefacción no  puede ser superior a 15 kWh por metro cuadrado por año, o 10W (en los momentos de más demanda). En el sur y la zona mediterránea de España, se usa el mismo criterio para medir la energía utilizada para `enfriar` las viviendas en las épocas más calurosas. Y en áreas donde, además, hay mucha humedad  (países tropicales) se puede subir el tope de demanda de energía para ayudar a deshumidificar.

• La demanda de energía renovable para electrodomésticos no puede superar los 60kWh por metro cuadrado

• El hermeticidad (cuando no es posible que entre o salga aire) es definitivamente un valor de las casas pasivas que las diferencia de otras construcciones sostenibles, con una medida concreta: la presión a 50 pascales (el pascal es la unidad de presión del Sistema Internacional de Unidades) tiene que ser menor de 0,6 m/s. Es decir, que puede entrar en la casa una pequeña cantidad de aire no superior a 0,6.

• Lo que se viene a denominar comodidad climática (thermal comfort), es decir disfrutar de una temperatura correcta y constante dentro de casa, también tiene sus parámetros. Tanto en verano como en invierno, no puede haber más del 10% de horas en un año con una temperatura superior a 25 °C.

¿Cuáles son los principios de una casa pasiva?

Todos los estándares, parámetros y complicadas fórmulas matemáticas para asegurar los requerimientos de una casa pasiva obedecen, al final, a cinco grandes principios.

Además, y aunque no es un principio contemplado en el abc de las casas pasivas, la protección solar, sobre todo en edificios no residenciales, también se considera un añadido aliciente ´pasivo`. El sobrecalentamiento es uno de los problemas que experimentan muchos edificios en partes del mundo donde hay periodos de altas temperaturas.

La importancia de las ventanas

Cada elemento de una casa pasiva está minuciosamente calculado para que no se necesite prácticamente energía para tener una temperatura perfecta. Es decir, no necesitamos ni poner la calefacción ni aire acondicionado.

Pero, quizá son las ventanas, los elementos decisivos donde una casa pasiva excede con creces la media de los estándares tradicionales.

Para muestra un botón. He aquí algunos de los requerimientos para que una humilde cristalera deja de ser tal, para convertirse en una ventana pasiva:

• El coeficiente de transmitancia térmica tiene que ser igual o inferior a 0,8 W/m²K, y un factor solar ‘g’ del 50% (factor que mide el exceso de calentamiento de las viviendas debido a la radiación solar).
• Idealmente tiene que tener triple acristalamiento, pero en zonas cálidas (sur y Mediterráneo español) doble acristalamiento puede ser suficiente. Además, los cristales tienen que ser los adecuados para la zona climática (por ejemplo, si hay mucha humedad).
• Los separadores, en lugar de ser de aluminio son térmicos de alta calidad, y el PVC  utilizado tiene que tener, al menos, 5 cámaras de perfil.

¿Son las casa pasivas en España diferentes?

Una gran parte de España entra dentro del denominado clima mediterráneo. Aunque los principios de las casas pasivas son internacionales, un estudio hecho por el científico Jürgen Schnieders muestra que el clima mediterráneo no necesita requerimientos estrictos en ciertos casos.

Comparando las casas pasivas en el suroeste de Europa con Alemania, origen del movimiento, su conclusión fue que:

• Requiere menos aislamiento (ej: doble acristalamiento sería suficiente)
• En verano, es imprescindible una protección solar móvil externa para el edificio
• Los colores luminosos de la fachada ayudan a reflectar la luz

¿Es una casa pasiva más cara?

Sí, en términos generales hay que añadir entre un 5 y un 10% al presupuesto de una casa normal. Sin embargo, la certificación de casa pasiva añade un 20% al valor de la casa, con lo que aún se sale ganando.

Además, hay que tener en cuenta que el ahorro de energía, que puede llegar al 90%, con lo cual el importe de las facturas sería mínimo.

¿Cuántas casas pasivas hay en España?

En España, hay unas 170 casas pasivas certificadas según la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), creada en 2008 . Lo más probable es que hay muchas más que no han querido pagar los 3000 euros para obtener el certificado.

La primera vivienda pasiva en España,  Assyce-Ecoholística en Moraleda de Zafayona en Granada se certificó en 2009. Como dato curioso, España cuenta con el rascacielos Passivhaus más alto del mundo, la Torre Bolueta, en Bilbao, obra del estudio navarro Varquitectos.

Resumen

Las casas pasivas son, sin duda alguna, una solución al problema energético presente y futuro. Sostenibles y eficaces y que consumen un 90% menos que las viviendas estándar.

Entonces, ¿cómo es posible que haya tan pocas en España? El clima mediterráneo quizá es la excusa. Sin embargo, incluso así, lo que en Alemania sirve para mantener una casa caliente, en parte de España serviría para lo contrario.

Además, la meseta española tiene unas temperaturas en invierno bajo cero, que nada tienen que envidiar al centro de Europa. El cambio climático ya está aquí y, por tanto, se necesita más información ciudadana y más compromiso en la normativa para fomentar este tipo de viviendas.