Guía completa de paneles solares para pozos

✔ Se necesita una inversión media  en placas solares de 3.000 euros

✔ Las bombas tradicionales también se pueden adaptar al ‘riego solar’

✔ El ahorro puede ser del 100% si se aprovechan las horas del día

Las placas solares también han llegado a la agricultura.

Lejos queda ya la imagen de un burro haciendo girar una noria para sacar agua de un pozo. Y serían muchos burros porque en España hay, aproximadamente, un millón de pozos, aunque no todos legales.

La tecnología vino a sustituir la tracción animal por sistemas de bombeo que impulsan el agua desde las profundidades.

La última revolución viene de la mano de la energía solar, que evita la dependencia de los combustibles fósiles y de la red eléctrica para que el pozo cumpla su papel: suministrar agua para el campo, el ganado y el consumo doméstico.

De esta forma, los paneles solares empiezan a formar parte del paisaje rural. Su aplicación en la extracción de agua está permitiendo el mantenimiento de cultivos y residencias en áreas aisladas y es un paso más en la descarbonización del planeta.

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¿Cuántas placas solares se necesitan para sacar agua de un pozo?

El número de placas solares necesarias dependerá de múltiples factores. El caudal del agua, la profundidad del pozo o la potencia de la bomba (de la que hablaremos más adelante) condicionan la dimensión de la instalación.

Entre cuatro y seis placas permiten extraer un volumen de 12.000 litros de agua al día, aproximadamente. Si se trata de caudales muy voluminosos, de hasta 60.000 litros/día, se requerirán unos 60 paneles solares.

En líneas generales, una o dos placas fotovoltaicas serán suficientes para atender el consumo de agua potable de una vivienda media. Si cuenta con jardín y piscina, habrá que añadir un par de módulos más, si la piscina es mediana o pequeña.

A partir de 10 paneles solares serían necesarios para abastecer una explotación agraria o ganadera, donde se consume más agua para el riego o los abrevaderos. También precisará de un depósito para gestionar la explotación y almacenaje del agua.

Más información sobre el proceso fotovoltaico, aquí: ¿Cómo funcionan las placas solares?

Factores a tener en cuenta

Es importante valorar una serie de elementos a la hora de calcular la instalación de paneles solares:

• El volumen de agua que se va a extraer. Una estimación precisa evitará sobredimensionar la instalación solar o quedarnos cortos.
• Calcular la potencia necesaria de la bomba, adaptada al caudal del agua.
• La climatología de la zona. Es necesario conocer la irradiación solar.
• Tener en cuenta la profundidad del pozo.
• Estudiar el terreno. Se necesita una estructura que posicione adecuadamente los paneles y los depósitos de almacenamiento

¿Cuánto cuestan las placas solares para un pozo?

No es lo mismo una instalación fotovoltaica para un chalet que para regar una plantación de remolachas. La inversión en paneles solares dependerá del uso que se va a dar al agua. A grandes rasgos se puede calcular una inversión a partir de 1.000 euros por cada kW de potencia fotovoltaica instalada.

Por ejemplo, un sistema de placas fotovoltaicas, complementadas con una bomba de agua y un controlador solar -para optimizar el rendimiento-, para abastecer de agua a una casa de campo, tiene un coste a partir de 3.000 euros.

Además, la amortización se podría hacer en solo cuatro o cinco años.

Aunque los equipos se pueden adquirir directamente, incluso online, es absolutamente recomendable que sean instalados por personal cualificado, por lo que habría que sumar el coste de la empresa instaladora.

Para saber más sobre el precio de los paneles solares, leer El coste de las placas solares.

¿Qué es una bomba de agua solar para pozos y sondeo?

Las bombas son sistemas que sirven para extraer e impulsar agua de un punto a otro, normalmente desde un pozo hasta un lugar más elevado.

Gracias a la energía fotovoltaica, los equipos de bombeo solar evitan que la instalación precise de un generador de diésel o gasolina o de enchufe a la corriente eléctrica para que funcionen.

Para los agricultores, las bombas solares han supuesto una solución a muchos problemas, especialmente para el regadío.

Los paneles solares suministran energía a los pozos alejados del tendido eléctrico. Y les permite ahorrar sustancialmente, empleando una energía limpia para alimentar los sistemas de riego. En el mejor de los casos, el ahorro puede ser del 100%, si se aprovechan las horas de luz del día para regar los cultivos y se evita la conexión con la red eléctrica.

Tipos de bombas solares

Atendiendo a su uso, podemos encontrar diferentes sistemas de bombeo. Las más utilizadas son las bombas sumergibles, fabricadas en acero inoxidable y adecuadas a partir de los 6 metros de profundidad.

Las bombas de superficie son indicadas para pozos poco profundos o para depósitos de almacenamiento de agua.

También podemos encontrar bombas solares para la depuración del agua de las piscinas o para su uso en piscifactorías, que igualmente se surten de energía fotovoltaica.

Dependiendo de la fuente de suministro, distinguimos entre sistemas de bombeo aislados, es decir, aquellos que se alimentan únicamente de la energía obtenida por los paneles y no funcionan de noche (aunque se pueden añadir baterías), y sistemas híbridos. Estos últimos también tienen conexión a la red eléctrica o a grupos electrógenos.

En los sistemas de bombeo solar directo, las bombas se activan cuando las placas comienzan a producir energía, con la luz del día.

Su productividad se reduce al caer el sol y dejan de funcionar por la noche. Se puede instalar un depósito a mayor altura, que distribuye el agua por gravedad. En la agricultura es factible este horario, que puede coincidir con el del riego. Además, son los sistemas más rentables.

¿Puedo adaptar una bomba a las placas solares?

Sí. Cualquier bomba puede ser adaptada a los paneles solares. Es una opción más económica, pues se aprovecha un equipo preexistente aunque se cambie la fuente de alimentación.

La adaptación requiere de un variador de frecuencia acoplado a la bomba convencional para convertirla en una bomba solar. El variador se coloca entre los paneles y la bomba, para regular la energía y ajustar la frecuencia y la tensión.

Aunque la bomba solar suele tener un precio superior, lo cierto es que ofrece mejor rendimiento que la convencional. Además, un sistema de bombeo no solar necesita el apoyo de más placas solares para su funcionamiento.

Pros y contras de las placas solares para pozos

¿Cuántos pozos hay en España?

Es difícil dar una cifra, pero se calcula que en España hay más de un millón de pozos.

La mayor parte de estas prospecciones se destinan a labores agrícolas, especialmente al regadío. El problema es que muchas de las extracciones son realizadas de manera ilegal, sin contar con las autorizaciones pertinentes.

Organizaciones ecologistas como Greenpeace han elevado la voz de alarma sobre esta situación y denuncian la sobreexplotación de los acuíferos. Además, advierten del impacto negativo sobre el medio ambiente si no se controla adecuadamente.

Hay que tener en cuenta que la apertura de un pozo necesita previamente de un estudio pormenorizado para conocer su viabilidad y contar con los permisos de la Administración.

Las confederaciones hidrográficas son uno de los organismos que tiene que autorizar el sondeo, antes de obtener la concesión para el uso del agua.

Resumen

Allí donde no llega la electricidad, llega la luz del sol. Una fuente de energía no contaminante que ha venido a solucionar problemas ancestrales.

Es el caso de las bombas alimentadas por paneles solares que permiten extraer agua de los pozos y distribuirla para su demanda.

Gracias a la energía fotovoltaica, regar los campos, dar de beber al ganado o suministrar agua a una casa rural es mucho más limpio, accesible y económico. No solo elimina el uso de generadores alimentados por combustibles fósiles, sino que permite ser autosuficiente y acceder a lugares aislados sin suministro eléctrico.

Además, los paneles solares se pueden amortizar en un plazo de 4 a 5 años. Teniendo en cuenta que su vida útil sobrepasa los 20 años, muchos agricultores están apostando por una energía eficiente y rentable que se genera allí donde se necesita.

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